Esta residencia familiar está ubicada en Los Ángeles, en medio de un entorno natural constituido por el Cañón Mandeville. Por esta razón, busca minimizar el impacto en la belleza que la rodea. El proyecto se centra en establecer una conexión íntima con el entorno natural y aprovechar las impresionantes vistas al norte de la propiedad.

A pesar de enfrentar regulaciones restrictivas, la residencia divide hábilmente las actividades en dos volúmenes distintos. La zona central, bien iluminada y espaciosa, cumple la función de separar y unificar al mismo tiempo las actividades familiares comunes. Los volúmenes difieren en altura y el sistema de techo de losa de una sola pendiente resuelve esta diferencia de manera práctica y exitosa.

Los materiales cuidadosamente seleccionados en toda la casa contribuyen a crear un espacio muy luminoso con un ambiente moderno y minimalista que cumple con los requisitos específicos de la familia.